11 julio 2013

QUIJOTES EN LA TRANSVULCANIA





 Rodrigo con el dorsal 1055 por La Hilera
En enero de este año 2013, se puso en contacto conmigo una amiga de Ciudad Real para decirme que su marido y algún loco más, se habían apuntado a la Transvulcania. Para la gente que no lo sepa, Ciudad Real es la capital de "La Mancha" (que no se confunda con Las Manchas, je), en el centro de la península es una zona llana no, lo siguiente. El único monte que hay (no se puede ni llamar montaña), es el cerro de La Atalaya, en el que la diferencia entre la cima y la cota más baja son 76 metros... que es lo que hay desde el guanche en Los Llanos al Eusebio Barreto. Pues con esta dificultad de entrenar en un sitio plano, pero con la experiencia de haber participado el verano del 2012 en una prueba de Trail por etapas en Los Alpes, se presentaron en La Palma 5 manchegos con sus respectivas familias. Uno de ellos, Rodrigo Moraleda, escribió una magnífica crónica de lo que supone, para una persona normal con trabajo e hijos participar en una prueba como TRANSVULCANIA. Así lo vivió y así lo contó:
Hay frases que marcan tu vida. Tal vez sólo las escuches una vez, pero se te quedan escritas a fuego para siempre. Hoy empezare por una frase que mi padre me repetía de pequeño y que el decía oírsela a mi abuelo: "lo difícil no es empezar las cosas, es acabarlas"
Son las 03:10 a.m. supuestamente puedo apurar 20' más en la cama pero decido levantarme. Tomo una ducha rápida y desayuno tranquilamente: tostada de nocilla y leche con cereales. Reviso el material y salgo al encuentro de mis compañeros. Todos puntuales y todos listos para la batalla. El taxi esta esperando en la recepción. Una Mercedes Vito y un conductor con fuerte acento canario, fácilmente confundible con un cubano y de nombre Alex. Para romper el hielo Alex nos informa del impacto económico que la carrera tiene para la isla y es una de las razones de que todos se vuelquen con el evento. José Luis tiene uno de esos momentos mágicos que le dan. Es inevitable no reírse con sus ocurrencias y todos liberamos tensión a carcajadas, incluido Alex. A los 40' llegamos a Fuencaliente, desde allí tendremos que bajar al lugar de la salida, el faro. Una carretera estrecha, oscura y llena de coches en caravana formando una serpiente que permite intuir el desnivel que tendremos que superar. No dejo de hidratarme y los nervios empiezan a inquietar mis tripas. La hilera de coches no parece avanzar. LEER MÁS

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